Hay épocas,
momentos,
en los que dejamos que los fantasmas
se lleven nuestra esencia;
dejamos que algo invisible nos consuma,
y alimentados por la culpa
o la responsabilidad,
que se hacen más grandes día a día.
Y aunque al despertar
tu primer pensamiento del día
le pertenezca,
al igual que el último,
los fantasmas del pasado
se han llevado el mando que controla tu vida,
y eres incapaz de expresar todo lo que sientes.
Te paras,
y te das cuenta de que son sombras,
es pasado,
y aunque el mundo te perdone
te das cuenta que el que se tiene que perdonar
es uno mismo.
"El perdón ajeno calma, pero el propio da la paz para poder vivir".
Date un regalo para poder vivir:
Perdonate a ti mismo
Juanan (España)